Atlixco

Nos oferce un agradable paseo el pintoresco zócalo de Atlixco
Nos oferce un agradable paseo el pintoresco zócalo de Atlixco

El precioso pueblo de Atlixco que descansa a las faldas del Popocatépetl es una visita obligada en el Estado de Puebla, a tan sólo 36 kilómetros por una autopista de pago bastante lineal y en buenas condiciones se llega hasta éste pintoresco poblado.

Su zócalo es pequeñito y tradicional, con ese ambiente tan provenzal que, si se tiene la suerte de ir particularmente en fin de semana, disfrutará de un ambiente auténtico y familiar. Con sus quioscos de nieves y helados, botanas (bolsitas de patatas y otros preparados con chile y limón), elotes (mazorcas de maíz), globos de figuras para los más peques, artesanías y por supuesto flores, porque si de algo puede presumir Atlixco es de su buen clima durante todo el año y de su cosecha de flores, tan prolífica que organizan un festival primaveral donde tienden inmensos tapetes flores en la plaza central.

Magnífico surtido de flores de pequeños puestitos que se apostan en el zócalo de Atlixco los fines de semana
Magnífico surtido de flores de pequeños puestitos que se apostan en el zócalo de Atlixco los fines de semana

En el Ayuntamiento del pueblo, justo en el corazón de Atlixco, podemos apreciar unos preciosos murales de Juan Manuel Martínez Caltenco, donde se aprecia parte de la Historia de Independencia de México, una semblanza de la fundación del pueblo y un precioso retrato de la leyenda que habla del idilio entre Popocatépetl e Iztaccíhuatl. En el costado encontraremos la parroquia de Santa Marta de la Natividad, una bonita iglesia de fachada pintoresca.

GASTRONOMÍA

En sus portales encontraremos una gran oferta de restaurantes que ofrecen comida típica de Puebla y Atlixco y si quiere empaparse aún más de una atmósfera colmada de autenticidad, acérquese hasta el Mercado Local (Benito Juárez) del pueblo, pasada la Iglesia de San Agustín encontrará éste folclórico espacio donde encontrará una gran variedad de artesanías y productos locales, así como un abanico culinario para salivar y degustar. Donde venden la típica cecina de Atlixco, carne (conservada en salazón), tlatloyos (tortillas de maíz rellenas de frijol), así como otros platillos típicos de la gastronomía mexicana y poblana. ¡Aquí hemos probado una de las mejores cemitas en toda Puebla!

No podía ser más colorido el mercado local de Atlixco con su deliciosa oferta gastronómica. Alegrando todos los sentidos
No podía ser más colorido el mercado local de Atlixco con su deliciosa oferta gastronómica. Alegrando todos los sentidos

Vale la pena hacer una pequeña excursión a la Iglesia de la Soledad, que se halla en la parte más alta del pueblo, hay que andar un poco en pendiente hasta allí, pero el paseo es bastante agradable si sube por la Av. Hidalgo, una emblemática calle con casitas de calores y balcones decorados con flores y aunque la iglesia es pequeñita, bien merece disfrutar también de las vistas panorámicas que ofrece ésta altura de Atlixco e incluso divisar a su gigante guardián: el volcán Popocatépetl.

Si le gusta el arte virreinal también puede acercarse hasta el Antiguo Hospital de San Juan de Dios, en su claustro se resguardar las obras de Pablo Talavera y Luis Berrueco.

Surtido de exóticos sabores de nieves y helados en la plaza central
Surtido de exóticos sabores de nieves y helados en la plaza central

Suelen haber un gran ambiente festivo, gracias a las fiestas patronales y en diciembre también se puede disfrutar de una preciosa exposición de luz.

Atlixco es sin duda un imperdible que está a tiro de piedra de la capital poblana y que no se arrepentirá de visitar, ya sea para un fin de semana o para una estancia más larga saboreando todo su encanto.

Mapa de Atlixco.